Adolescencia
No es que quiera aparentar que he salido de la edad del pavo... que sí lo he hecho...:P. Pero este recorte lo escribí hace dos o tres años, y me ha recordado aquella época de ligero desconcierto y vanalidades... Aquí os lo dejo.
A veces lloras, porque lloras, sin más explicación. Y piensas que debes llorar de vez en cuando, para desahogarte, porque dicen que es bueno. Pero a ti no te gusta, porque lo que te gusta es estar alegre y contagiarle esa alegría a las personas que te rodean. Pero lloras. Y no puedes evitarlo. Sueltas esas lágrimas que llevaban tanto tiempo sobrándote. Y te invade un horrible dolor de cabeza que todo lo aisla. En ese momento te sientes la persona más desgraciada del mudno, o lo que es peor, te temes desequilibrada. Y en realidad le pasa a todo el mundo. Pero tú piensas que estas cosas no tendría por qué pasarte. Y empiezas a buscar razones por las que llorar. Y agravias tu situación porque comienzas a ver cosas de tu vida de una forma en la que nunca lo habías hecho. Y todavía lloras más. Quizás por cosas puntuales que acaban de sucederte y están recientes, y todavía no las habías masticado. Tal vez por algo que está ahí desde hace tiempo y no te habías dado cuenta, o no querías darte cuenta.
Y es así, te pasa pocas veces, pero te pasa, y no te gusta, pero no puedes evitarlo. Y te resignas, y te aguareces en la esperanza de que pronto dejará de sucederte, de que madurarás y esos cambios de humor desaparecerán de una vez por todas. Y en realidad no sabes lo que te espera.
Y sientes esos pinchazos en la cabeza, que te recuerdan que has llorado, que alguna vez lloraste...
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