De pequeños...

Juan tenías razón cuando hablabas de lo que añoramos los tiempos de cuando éramos pequeñitos...
No sé por qué, ayer cuando me eché a dormir, le comenté a Berta lo mucho que disfrutaba en las vacaciones con mis padres. Los baños en la playa... las visitas a lugares preciosos... las partidas a las cartas escuchando la música de la discoteca de al lado... "Ritmooooo, ritmo de la nocheeeee". No sé, me acuerdo de que cada vez que nos íbamos a casa, me pillaba unas depresiones de caballo.
Con el tiempo cambiamos, y esas cosas nos aburren, lo que queremos es estar con nuestros amigos, y olvidar los ratos con tus padres por mucho tiempo... Hay un momento para cada cosa, y deberíamos saber verlos todos más a menudo. Porque me da rabia que nos ceguemos tanto con algo que no nos fijemos en el resto. Miro a mis primos pequños y pienso que son afortunados por lo que les queda por ver y por aprender. La infancia es algo que nadie puede arrebatarte nunca. Si la tuya ha sido bonita, eres un afortunado.