Cambios radicales
Emprender un gran cambio siempre propone dos vertientes enfrentadas: miedo y ansia.
Más que miedo, pereza, si como estás ahora estás bien. En estos momentos mi situación en casa es inmejorable, y es cierto que por nada del mundo dejaría de vivir con Ana y Maria Pilar. Pero como todo, cada época tiene su fin, y esta ha llegado al suyo. Ahora comenzamos vidas distintas por separado. Se me va a hacer raro tener que quedar con ellas para verlas, y tener que esperar para contarles las tonterías que me han podido ir pasando al cabo del día. Sé que no voy a dejar de verlas a menudo, pero nunca será tan a menudo. Han sido los dos mejores años de mi vida, y eso no se olvida fácilmente.
Por otro lado, la idea de vivir sola me atrae de sobremanera. Siempre he deseado poder hacerlo alguna vez en mi vida, y no pensé que sería tan pronto, pero en vistas de las opciones a barajar, bienvenido sea. Además, tener un piso propio en el que poder desarrollar mis "facultades decorativas" (que bonito queda dicho así oye:P) no deja de entusiasmarme... ¡Me lo voy a pasar pipa con una pared para mí sola!:D.
Bueno, me quedan tres meses más o menos para emprender este nuevo camino, que espero me depare grandes consecuencias.
Iré plasmando aquí mis vicisitudes.
2 Comments:
¿ya viviendo sola? pero que morroooooo... jaja.
En fin, em alegro por ti, ojala yo también pudiese permitirmelo a corto plazo... pero de momento es más bien algo inviable, jeje.
2:58 PM
La verdad es que me da muchísima pena dejar de vivir con éstas (de hecho no lo haría si no fuera porque no podemos seguir juntas), pero la verdad que... uf! Vivir sola! Jaja! Pues viviré cerca de tu casa sabes? Porque Espe me dijo que estaba cerca de la suya, en la calle Cáceres:D, míralo en el callejero:P.
4:16 PM
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