De bajón
No sé ni qué escribir. Sólo sé que estas Navidades me han regenerado por dentro, pero que estoy perdiendo todo lo que había conseguido... Volver aquí significa volver a todas las movidas que había dejado de lado allí, y que quería tirar diréctamente a la basura. De nuevo las putas convicciones. Esperaba haberlas mandado a la mierda... Si me llegan a decir que esto iba a ocurrir no me lo hubiera creido. Y ahora sólo tengo la certeza de que nada va a salir como espero, en absoluto. Es más, estoy prácticamente segura de que va a ir todo a peor. Otra de mis súper convicciones... Cada vez las odio más, y cada vez son más grandes y más gritonas. Quizás deba bajar a comprarme tapones para los oídos... pensaba hacerlo de todas formas para no escuchar al puto vecino de abajo. Debería dejar de decir tacos. Ya dije que no lo haría.
¿Por qué se pasa tan pronto de sentirte guay a sentirte incluso utilizada? No utilizada... engañada... no, tampoco engañada... ¿mareada? Quizás mareada es la palabra... Y si yo misma supiera a qué me refiero mejor.
Ya estoy cansada de sentir siempre lo mismo, de cambiar siempre de los mismos estados a los mimos estados. Me aburren. Quiero cambios radicales. Y lo peor es que sé que tardarán en llegar. Quizás lo mejor sea cerrar la puerta, y que la destrocen cuando vengan, que esperar tras la mirilla para abrir corriendo al verlos aparecer...
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