Mis pensamientos...

Monday, December 22, 2008

Pequeños retales

La memoria tiene una forma maravillosa de salvaguardar nuestros recuerdos, pues siempre anestesia los dolores y ensalza las alegrías. Así, se nos hace inaudito recuperar el tiempo pasado (que siempre fue mejor) pero a lo largo de los años agradecemos y vanagloriamos lo vivido de una manera tan asmática como rejuvenecedora.

Sunday, December 14, 2008

Introducción a un diagnóstico inesperado en clave de sol

Mi padre tiene un tumor. A partir de aquí todo lo que escriba es o debería ser absolutamente legítimo. No, tampoco voy a cagarme en los muertos de nadie pero quería dejar constancia de ello. Sólo vengo a deshacerme de algunos de los pensamiento que estos días rondan constantemente en mi cabeza. Probablemente sólo el hecho de poder decir lo que echo en falta un abrazo de mi padre ya haga descansar aunque sólo sea levemente esa parte de mí que arde en gritos por salir y alborotar y romper en lágrimas de una vez por todas. No sé si el hecho de contenerme constantemente para no preocupar más a mi madre es un acto de valentía o de implacable cobardía. Creo que aún estoy en la fase de ingenua incredulidad, de la que por otro lado no quiero salir, por si a partir de ahí es imposible volver atrás. De momento desterré por completo el "¿Y si...?" desde el momento en que nos dijeron que podía curarse. No sé si debería agradecer que no hablaran de porcentajes pero si sé que me aterraría aventurarme en la búsqueda de cualquier tipo de pronóstico de hechiceros o adivinos. Bendita y jodida incertidumbre.
Sé certeramente que lo que más me duele de todo esto no es que mi padre pueda morir en el plazo de unos meses, esa idea todavía no he tenido las suficientes hagallas para planteármela, si no verlo así y ni siquiera llegar a vislumbrar el momento de volver a verlo como antes, como siempre. No sé, resulta tan apabullante cómo en un par de semanas una persona puede pasar de llevar una vida normal a tener que permanecer encamado amarrado a un par de goteros... Y sobretodo resulta injusto, injusto y totalmente carente de sentido. Han sido muchos días de incertidumbre esperando un pronóstico, y cuando por fin tuvimos la ansiada respuesta la palabra "tumor" y "cerebro" en una misma frase nos cayó como un jarro de agua helada. Supongo que es evidente que nadie está preparado para algo así, a pesar de que hoy en día convivimos con ello constantemente. Pero, sin embargo, nunca pensamos que pueda tocarnos a nosotros, o al menos yo nunca me lo planteé. Quizás por mi forma de ser, despreocupada y optimista hasta límites insospechados. Espero que esto al menos me ayude como de alguna manera lo ha hecho hasta ahora a superar los meses que nos quedan por delante hasta el momento en el que escuchemos un "ya está, está curado y fuera de peligro". Sé certeramente que ese momento va a llegar, y entonces recordaré esto como una puta pesadilla, y lloraré todo lo que ahora no estoy pudiendo llorar no sé muy bien por qué. Supongo que porque tiene que ser así, y porque si yo me hundo el resto se hunde tras de mí. Y esto es como una losa de mil kilos a mis espaldas, y sólo la puedo llevar yo por mi forma de ser, y no podré deshacerme de ella hasta ese día en que todo habrá acabado y volverá a ser como antes, y yo llegaré a casa los viernes por la tarde y me abrazaré a mis padres como si hiciera meses que no los viera, y luego nos pondremos a hablar y les contaré la semana y bromearemos y nos reiremos de todo. Como antes.
Quizás hablaba de esto Maika cuando me dijo que mi proceso de aprendizaje sería muy duro porque ha de ser así para después saber apreciar las exquisitas recompensas de la vida. Pues bien, si esto es una lección ya es suficiente, ya la he aprendido, ya me falta la respiración, no es necesario que me ahogue. Porque me ahogaría.
Lo único que sé es que después de esto, después de los meses que nos quedan, nunca más podré mirar a los ojos a mi padre de igual manera, nunca podré olvidar que estuve a punto de perderlo. Y así será, porque ha de ser así, porque no hay cabida para otro desenlace. Y entonces nos iremos los cuatro, los de siempre, a celebrar que seguimos siendo cuatro, los cuatro de siempre.