Recuerdos
El otro día me resultaba curioso por qué momentos tan puntuales reaparecen constantemente en mi cabeza, siendo situaciones esporádicas que en ningún caso iban a marcar un antes y un después en mi vida. En lugar de recordar verdaderos trances de mi existencia (que de vez en cuando también se dejan caer), repito una y otra vez fragmentos leves e insustanciales en los que he sentido algo tan continuo y bello que los hace convertirse en la máxima expresión de ese sentimiento.
Uno de los que más veces ha venido a mi cabeza es el de un día de pequeña en el que estaba con mi madre y mi hermana preparando la mesa para cenar. Un día cualquiera. Recuerdo como si hubiese sido ayer la alegría que sentí cuando sonó el timbre y fui corriendo a abrir la puerta para lanzarme a los brazos de mi padre. Era algo que hacía a diario, y sin embargo esa ocasión se grabó en mi retina para volver a aparecer durante el resto de mi existencia.
Otro de esos momentos fue una tarde que vinieron a pasar mis padres a Zaragoza. Recuerdo que era cuando mi padre estaba sometiéndose a la radioterapia, porque llevaba la boina que se compró cuando perdió el poco pelo que le quedaba. Le acompañé al autobús y me fui a sacar dinero al banco que había más adelante en la misma calle. Pero antes de entrar me volví para ver si habían arrancado y justo en ese momento pasaron. Les saludé sonriendo con la mano y ellos me devolvieron el saludo porque por supuesto no me habían perdido de vista desde que se habían subido. Es una tontería, pero ahora lo pienso y se me revela como la muestra más sincera del amor y el cariño que sentíamos los unos por los otros en mi familia (y que seguimos sintiendo, obviamente).
Y son cosas como éstas las que constantemente se me aparecen, y les estoy infinitamente agradecida. En lugar de invadirme recuerdos desagradables, del hospital, o de los días del velatorio o el entierro... o de las semanas posteriores, lo que revivo día tras día son recuerdos felices. Cada día soy más consciente de la suerte que tengo por ser así, porque me han enseñado a ser feliz pase lo que pase y en las circunstancias que toquen. A ver el lado positivo de las cosas, a disfrutar y valorar todo lo que tengo...
y sobretodo a amar, a amar con locura.
1 Comments:
Ha sido una sorpresa ver que, tras varios años, volviste a escribir dos entradas el año pasado. Son palabras de una profundidad exquisita. Deberías escribir más a menudo. Tienes un gran talento y una sensibilidad y una madurez enormes. Repito, un honor volver a leerte.
7:56 AM
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