Sueños repetidos
Mi hermana me explicaba por qué algo que podíamos hacer podía cambiar la muerte de mi padre, cómo lo que ahora podíamos llevar a cabo podía cambiar el pasado más remoto, que todavía estábamos a tiempo... Pero yo sólo le miraba a él. Le veía desde unos metros de distancia y sabía que lo que veía no era a mi padre sino su imagen en mi interior. Y aún así, con un extraordinario halo de esperanza, me acerqué a él y le toqué. Le toqué como quien toca algo que sabe que puede evaporarse en cualquier momento. Y estaba allí, era de carne y hueso. Me hundí bajo sus brazos y lo sentí, sentí ese abrazo que de otro modo no podía darme. Y sentí cómo él estaba en mí y yo en él. Y sentí una calma que no se puede explicar con palabras.
Cuando me desperté lo único que pude hacer fue suplicarle que volviera a aparecer en la noche siguiente, y en la siguiente, y en la siguiente, y en la siguiente, y en la siguiente... para así al menos tenerlo aunque de forma irreal, podría conformarme con eso. Por favor...