Mis pensamientos...

Monday, June 20, 2011

Mapas

Los días raros Ábrelos, ábrelos despacio. Dí que ves, dime que ves, si hay algo. Un manantial breve y fugaz entre las manos. Toca afinar, definir el trazo. Sintonizar, reagrupar pedazos en mi colección de medallas y de arañazos. Ya está aquí, ¿quien lo vio? Baila como un lazo en un ventilador, ¿quién iba a decir que sin carbón no hay Reyes Magos? Aún quedan vicios por perfeccionar en los días raros, los destaparemos en la intimidad con la punta del zapato. Ya está aquí, ¿quién lo vio? Baila como un lazo en un ventilador, ¿quién iba a decir que sin borrón no hay trato? El futuro se vistió con el traje nuevo del emperador, ¿quién iba a decir que sin carbón no hay Reyes Magos? Nos quedan muchos más regalos por abrir, monedas que al girar descubran un perfil que empieza en celofán y acaba en eco. Lo que te hace grande Tal vez lo que te hace grande no entienda de cómo y por qué. Tal vez lo insignificante se aliste en un barco de nuez. Tal vez lo que te hace grande no sea difícil de ver. Tal vez cada guiño esconda la llave que intentas tener. Ya ves, se nos queda grande, y hay riesgo de alarma otra vez. Tal vez cuando todo amaine la suerte nos vuelva a mecer. Y en el vaivén de planes sin marcar, cae sobre ti la bomba universal, pero no hay colisión, ni ley ni gravedad que te pueda hacer caer aunque tiren a dar. Tal vez las paredes ladren y el techo empiece a correr. Dirán que cayó el gigante y un charco se ha abierto a tus pies. Tal vez lo que te hace grande no entienda de cómo y por qué. Tal vez lo que me hace grande es tenerte delante otra vez. Y en el vaivén de planes sin marcar, cae sobre ti la bomba universal, pero no hay colisión, ni ley ni gravedad que te pueda hacer caer aunque tiren a dar. No sé lo que te hace grande, no entiendo de cómo y por qué. Suena un tambor, retumba en el umbral, viene hacia aquí, te atrae como un imán. Pero no hay ecuación, ni fórmula genial que te ayude a comprender lo que asoma detrás. En el río Antes de ir se hacen y deshacen planes, culpas y cadenas. Forman un telar que han tejido eternamente Aracne y Atenea. Ya no estás, te dejé al borde metidito en esa cesta, y ahora tu vacío gira y gira para siempre dentro de una rueca. (En el río, en el río) La orilla es una jaula, hay muchos gallos de pelea. (Suenan cantos de sirena) Se dan muerte a garrotazos, una estampa muy gollesca. (En la noche, en la noche) Gira el mundo, gira el hambre y un revolver en la mesa. (En el río, en el río) Se oyen gritos en el río, alguien no saldrá de ésta. En el río, en el río, suenan cantos de sirena, que en la noche, que en la noche, todavía te despiertan. Baldosas amarillas Las miradas del deseo cierran ya, han quedado selladas por miedo a que nos roben las pisadas. Mil ladrones por nacer, ejes del mal, vendedores de calma vigilan como buitres desde su atalaya. Como un funambulista imbatible, dibujo en braille los pasos del siguiente mortal. Tu has tardado en contemplar la luna sin angustia helada en la espalda por no poder jugar con su otra cara, que seguro es la mejor, Buñuel lo vio, la cortó en rebanadas, dejando en el telón tan solo la portada. Como un funambulista imbatible, leyendo en braille los pasos del siguiente mortal. Si yo recorro de memoria el guión, tú ve de puerta en puerta a buscar baldosas amarillas para un funambulista imposible, leyendo en braille los pasos del siguiente mortal. Surrealismo abdominal sin desvelar, es mi tierra soñada, si cierran la mirilla, rompo la ventana. Si yo recorro de memoria el guión, tú ve de puerta en puerta a buscar baldosas amarillas para un funambulista imbatible leyendo en braille los pasos del siguiente mortal. Como un proyeccionista de cine lanzando al aire la luz que nos engaña al pasar. Boca en la tierra Nos dejaron las balas y un enjambre de abejas, ese fue su tesoro y una noche oxidada. Nos alzaron en brazos, descubrimos planetas, nos creímos tan fuertes como héroes de guerra. Y en mitad del relámpago llegó el mal de altura, fuimos sed en el aire pero boca en la tierra. Ahora alumbras las horas con guiños que se escapan, cubriendo el recuerdo con bandejas de plata. Y nos echamos tanto de menos que nos da por despegar en avenidas de pegamento, clavados por las rodillas. Y en mitad del relámpago llegó el mal de altura, fuimos sed en el aire pero boca en la tierra. La antena está abierta esperando la señal. La señal que no llega, esta sala de espera es una eternidad. Y al tesoro perfecto lo cubrió la tormenta con aviones cruzándose en la noche más negra. Y en mitad del relámpago llegó el mal de altura, fuimos sed en el aire pero boca en la tierra. El hombre del saco Voy a hacer en tu honor inventarios de pánico, voy a hacer en tu honor un safari botánico y poner a secar tus semillas de plástico. No hay dolor, no hay dolor, ten a mano el rosario porque ya cayó el dictador, o eso dice la radio, extendiendo el rumor de que todo es un plagio. Puestos a pedir, que alguien baje y llene el saco, puestos a pedir, ya no dan abasto. Tómalo, tómalo, el legado es dramático. Tengo lleno el salón de arrecifes de barro, vendedores de shock para inviernos sabáticos. Puestos a pedir, que alguien baje y llene el saco, puestos a pedir, ya no dan abasto. Maldita dulzura Hablemos de ruina y espina, hablemos de polvo y herida, de mi miedo a las alturas, lo que quieras, pero hablemos, de todo menos del tiempo, que se escurre entre los dedos. Hablemos para no oírnos, bebamos para no vernos, y hablando pasan los días que nos quedan para irnos, yo al bucle de tu olvido, tú al redil de mis instintos. Maldita dulzura la tuya. Me hablas de ruina y espina, me clavas el polvo en la herida. Me culpas de las alturas que ves desde tus zapatos, no quieres hablar del tiempo aunque esté de nuestro lado. Y hablas para no oírme, y bebes para no verme. Yo callo, y río, y bebo, no doy tregua ni consuelo, y no es por maldad, lo juro, es que me divierte el juego. Maldita dulzura la mía. Maldita dulzura la nuestra. Cenas ajenas De niño escuché "si no veis nada, volved hacia atrás, tomad distancia". Prenden otra vez las luces en las casas, la ropa interior de esta noche extraña. Me dio por buscar junto a mi hermana, familias en sombra sacando el hacha. Hoy he vuelto a hacer trinchera en la ventana para descifrar sus nichos de luciérnagas. ¿Qué vamos a hacer para interpretar el mensaje en morse que lanzan sus casas? ¿Qué vamos a hacer para no cargar con las mismas cruces, y caer en sus trampas? Hay un tipo mayor con el pijama a rayas, al que han hecho rehén las musarañas. Un televisor haciendo de candela pide su atención y preside la mesa. ¿Qué vamos a hacer para no colgar fotos de familia y pantallas de plasma? ¿Qué vamos a hacer para no charlar de cuando éramos grandes y no sirvió para nada? La mujer me ve y baja la persiana, ya me han vuelto a ver robándoles sus almas. Mapas Si quiero encerrar el ruido en murallas de cartón, me dejo atrapar perdido en bobinas sin color. Si callo y otorgo, si dejo el silencio entrar, envío postales sin sellar. Si busco en los mapas que nos dieron a llegar, me pierdo en la recta sin trazar. Cada error en cada intersección no es un paso atrás, es un paso más. Cada curva en cada borrador no es un paso atrás, es un paso más. Desvelo el final, si borro mis cintas de cassette, si quiebro la lente que escupe mi sombra en la pared. Si tiro la aguja al mar, si ahogo el altavoz, conjuro el presente en el retrovisor. Cada error en cada intersección no es un paso atrás, es un paso más. Cada curva en cada borrador no es un paso atrás, es un paso más. Cada surco en cada borrón no es un paso atrás, es un paso más. Cada error en cada intersección no es un paso atrás, es un paso más. Canción de vuelta He visto la tierra girar, cosida a los desiertos sin mitad. La sombra quebrada de un glaciar, que tiembla como un crío frente al mar. Ya es hora de intercambiar mensajes por palabras. Ya es hora de replegar las alas rumbo a casa. He viajado a lomos de la lava de un volcán, esclavo de su urgencia y su velocidad, haciendo de la música espejo de mi hogar, un manto en los delirios de un chaval. Ya es hora de intercambiar su fuego por palabras, ya es hora de replegar las alas rumbo a casa. Escudo humano Ya probé la hiel por ti, paré las balas, puse alas al colchón. Inventé comedias, farsas, bailes, ferias, fui la noria y el ratón. Úsame sin miedo, úsame, tu escudo humano, tu perro extraño guardián. Recibí el revés, salvé nuestro tesoro de cupones sin premiar. Úsame sin miedo, úsame, tu coartada, su excusa para soñar. Nos queda mucho más que hacer que ver en la televisión cómo el mundo se apaga. Nos quedan años por quemar, nos quedará la duda si hoy la función no se acaba. Dientes, púas, filos, no son más que un brillo que se apaga con soplar. Búscame sin miedo, búscame, tu escudo humano, tu excusa para soñar. Nos queda mucho más que hacer que ver en la televisión cómo el mundo se apaga. Nos quedan días por quemar, nos quedará la duda si hoy la función no se acaba. Nos queda mucho más que hacer que ver en la televisión cómo el mundo se apaga. Nos quedan horas por quemar, nos queda la esperanza si hoy la función no se apaga. Mi suerte Beber un elixir, rodar sin más, llegar hasta el final, ponerme un antifaz para olvidar. Vendí toda mi sed durante años para conquistar calles dormidas, islas de ciudad. Las voces de este hotel son ecos de, ecos de ayer, restos de mí que tiemblan por arder. Mientras desnudo el ruido de mi mente, saber que estás ahí me hace más fuerte, y en la distancia de este mundo incierto yo saludo a mi suerte. Propongo repartir las cartas que me han traído aquí, ahora le toca a ella decidir...

Vetusta Morla

Las letras de este disco también tenían que estar aquí. Era imposible superar el primero, pero no me han defraudado para nada.