De música...
-->¿Piercings?: ninguno, aunque me gustan debajo del labio o en el entrecejo.
Ayer vine en el autobús escuchando Muse, al igual que la mayoría de los días que voy sola hasta la Universidad. Es increíble cómo te puede atrapar una canción. Andas tú pensando en tus tonterías de todos los días (esas a las que estoy tan acostumbrada que recurro a ellas cada vez que me aburro, sobretodo a la hora de acostarse), cuando el mínimo acorde en la guitarra te hace desviar tu atención a los casquillos en las orejas. En ese momento no puedes dejar de escuchar lo que suena en tu cabeza. Y la verdad es que es un alivio. Al fin encuentras algo que te hace olvidar el resto. Un día escribí en algún sitio algo como esto: cuando, al escuchar una canción, notes que tu piel se eriza y sientas que tus huesos, expropiados de su habitual fuerza, tornan susceptibles de ser quebrados por la extrema belleza de los sonidos, no te preocupes: has encontrado tu música. Y es que sencillamente creo que es exacto. Pero no muy a menudo encuentras ese tipo de música, la que puedes llamar tuya de verdad. A mí al menos pocas veces me ocurre. La putada es precisamente eso que digo, que esa sensación siempre se acaba. Cuando crees que lo has encontrado, pasan tres días y esa canción ya es "una más". Creo que la única canción que siempre consigue hacerme sentir eso es "Alicia (expulsada a isla mujeres)", en mi opinión, la obra maestra por excelencia de Quique, por muy exagerado que pueda parecer. Al salir del penúltimo concierto suyo al que fui, en el Teatro Principal, no pude evitar pensar que aquellas aproximadamente dos horas habían sido unas de las mejores invertidas en toda mi vida. Y lo sigo pensando, que es lo difícil.
No sé hasta qué niveles puede ascender la pasión por algo. No hablo de acudir a la puerta de un hotel y tirarle las bragas a tu cantante favorito. Hablo de sentir lo que siento cuando escucho Muse. Hablo de pensar lo que pienso cuando veo cinco minutos de uno de sus conciertos. No sé si resistiría un concierto entero!!! Bueno, sí, porque sino sería algo de lo que arrepentirme toda mi vida. No sé si es bueno dedicar tanto tiempo y tanto de ti a la música. Pero no puedo evitarlo. Me puede.
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