Distinto destino

"Descubro nuevos mundos simultáneos y ajenos, cada vez sospecho más que estar de acuerdo es la peor de las ilusiones. ¿Por qué esta sed de ubicuidad?" Capítulo 21, Rayuela, Julio Cortázar.

Eso mismo me pregunto yo. ¿Cuál es la necesidad de encasillarse en un estilo, en uan forma de vida, en una forma de vivir la vida? Incluso en una manera de ver y sentir las cosas, y a las personas. La gente imita formas de vida ajenas, por vagancia, por necesidad, por admiración... sin dar rienda suelta así muchas veces a sus propios deseos, a su verdadera manera de autorrealizarse. Quizás les parece demasiado complejo explorar sus propios caminos, o quizás en cierta medida es el mundo y la sociedad tal y como está hecha, repartida y distribuida, los que inevitablementevan por un camino predeterminado, estandarizado y normalizado para todos y cada uno de los que lo comienzan, sin saber muy bien a dónde llegarán, pero teniendo en gran parte la experiencia ganada de antemano.
Y no es que yo sepa qué camino me abrirá las puertas a la extenuidad, a la consecución de todos los propósitos que algo o alguien depositó en mí ya antes de que naciera. Pero al menos sé que quiero buscarlo, que creo que merece la pena y que si no lo encuentro tendré la certeza de haber perdido gran parte de mis posibilidades con mi propia persona. Y también creo que uno en este mundo ha de plantearse alguna vez esta cuestión, y supongo que sí lo hará, lo cual no hace sino confundirme, puesto que si es así, no es lógico que tanta gente viva la misma vida... ¿o es que no hay otra? Sí la habrá dado que ha habido, hay y habrá gente que lo ha vivido, lo vive y lo vivirá, o al menos ha sentido, siente o sentirá que existe necesariamente una alternativa, una ventana por donde saltar, un lugar donde perderse, una persona con quien compartirlo... En definitiva, un destino distinto a los de tus coetáneos.