Recuperando

Estos días tengo la sensación de estar recuperando pequeños trocitos de lo que durante muchos años fue mi vida y quiero que siga siéndolo. Por unas u otras circunstancias habían quedado un poco atrás, quizás rezagadas pero ahora sé que siempre a la espera de reaparecer en alguna ocasión.

El sábado pasado recuperé a Araceli. Siempre estuvo ahí, por supuesto, pero había pasado demasiado tiempo desde la última vez que nos habíamos emborrachado juntas y solas. Me hizo mucho bien esa noche charlando sobre todo lo que nos rodea, y me hizo quizás recordar más todo lo que nos une y siempre nos ha unido. Podemos discrepar en muchas cosas pero siento que en el fondo partimos de una misma base. Para mí es un poco una especie de alma gemela, sé que siempre entenderá todo lo que haga o piense, compartiéndolo o no.

Ayer recuperé a Luis. En el rato en el que estuvimos solos en La Recogida, aun sin charlar, simplemente cantando, riendo o chocando nuestras cervezas, volví a sentir esa conexión que echaba de menos, la confianza que desde hace ya muchos años tenemos. Fue reconfortante sentir de nuevo esa dedicación mutua.

Sinceramente espero que este Pilar que se acerca me ayude a seguir recuperando buenas costumbres, quizás con Iñigo, al que por cuestiones cotidianas siento más alejado. A Coral, Pez y Espe siempre las he tenido, y a Guillermo lo recupero cada vez que viene al pueblo o a Zaragoza. A Rocio sé que tendré que esperar un tiempo para que todo se asiente y vuelva a estar en todos los saraos, aunque el fin de semana pasado ya la recuperé un poco, tenía unas ganas increíbles de poder charlar con ella tranquilamente. Me quedé mucho más tranquila luego.

Después de un par de semanas jodidas parece que comienzo a remontar, que las piezas del puzzle van volviendo a su lugar. Y mientras tanto yo simplemente las miro con una sonrisa en la cara.