De nuevo universitaria

Hace tres días comencé de nuevo en la Universidad. Comencé totalmente de cero, como el año pasado, pero con algún grado más de madurez (de algo tuvo que servir el anterior). La dirección que está tomando mi vida con la elección de esta carrera me gusta, se me antoja plena de autosatisfacciones, y eso me anima de sobremanera. No experimenté esta sensación el año pasado, desde luego... Fue muy diferente. Fue un agobio ensordecedor, la seguridad momentánea de saber que vas a pasar tu vida haciendo algo que no representa absolutamente nada para tí. Este año, aunque sólamente sea gracias a Expresión Artística e Historia del Diseño, veo que esto me llena, que es lo que me va, antes incluso que la opción del Diseño Gráfico. Es la capacidad de crear y a la vez dar forma.
Espero con ansias el comienzo de la rutina del curso, y eso sí me sorprende.

Fiestas 2005

La velocidad de viraje de las sensaciones dentro de la peña me llega a abrumar estos días. Con quien se supone que estás bien acabas simulando que lo estás, y con quien en teoría deberías simular estarlo, acabas estándolo. Supongo que es todo demasiado complicado como para intentar llevarlo al día.
Sólo sé que comenzar con la vida normal me va a sentar bien, y, a pesar de que en resumidas cuentas me lo he pasado genial y ha sido todo bastante completo, tengo ganas de que esto acabe. De volver a la normalidad, a estar con Maria Pilar, con Berta, y ahora también con Ana. De volver a quedar cuando pueda con Coral, Pez y Esperanza. De ver por el CPS a Iñigo, María, Joaquín, Cristian, y ahora también Laura y Luis. Lo que voy a echar de menos es a Araceli. Este verano hemos reforzado algunas cosas entre nosotras, y ha sido un gran apoyo para mí, así que supongo que no voy a poder remediar pensar lo que me gustaría que estuviera conmigo también durante el curso. Pero bueno, supongo que el estar lejos hace que sea mejor el reencuentro cada momento.
Bueno, finalmente me lo he pasado genial, gracias en gran parte a Coral, que ha sido mi "compañera de piso" durante 3 días (eso sí, en su casa:P). Echaba de menos hablar un rato antes de dormir, y compartir el cenicero al despertarme. A pesar de todo no puedo quejarme. Como yo suelo decir, ha sido guay;).

Y siento una insoportable presión en el estómago...

And it's raining again

Y volvemos de nuevo a lo mismo. La misma sensación de impotencia, de rabia contenida, de agobio... que, por otro lado, nunca había sentido tan aguda. Y no encuentro con quién hablar en estos momentos, que pueda comprenderme. Y tampoco quiero decirlo, no sé si encontraría las palabras, como tampoco sé por cuánto tiempo va a durarme dentro esta sensación. Y odio pensar que nunca va a pasar... Y saber que ya no va a cambiar, nunca. Supongo que en cierto modo lo tengo asumido, hace demasiado tiempo que debería tenerlo, y a estas alturas ya lo veo tan difícil... Y el resto de la gente no sé si alcanza a comprenderlo, y tampoco sé si quiero que lo comprenda. Me resulta patético incluso a mí. Y lo más paradójico de todo es que, a grandes rasgos, sigo siendo feliz.
Looking us we're beautiful... [...] We've got too much to hide... Moby (Beautiful)
And I know that we would be beautiful.
Precioso el último disco.

Adolescencia

No es que quiera aparentar que he salido de la edad del pavo... que sí lo he hecho...:P. Pero este recorte lo escribí hace dos o tres años, y me ha recordado aquella época de ligero desconcierto y vanalidades... Aquí os lo dejo.

A veces lloras, porque lloras, sin más explicación. Y piensas que debes llorar de vez en cuando, para desahogarte, porque dicen que es bueno. Pero a ti no te gusta, porque lo que te gusta es estar alegre y contagiarle esa alegría a las personas que te rodean. Pero lloras. Y no puedes evitarlo. Sueltas esas lágrimas que llevaban tanto tiempo sobrándote. Y te invade un horrible dolor de cabeza que todo lo aisla. En ese momento te sientes la persona más desgraciada del mudno, o lo que es peor, te temes desequilibrada. Y en realidad le pasa a todo el mundo. Pero tú piensas que estas cosas no tendría por qué pasarte. Y empiezas a buscar razones por las que llorar. Y agravias tu situación porque comienzas a ver cosas de tu vida de una forma en la que nunca lo habías hecho. Y todavía lloras más. Quizás por cosas puntuales que acaban de sucederte y están recientes, y todavía no las habías masticado. Tal vez por algo que está ahí desde hace tiempo y no te habías dado cuenta, o no querías darte cuenta.
Y es así, te pasa pocas veces, pero te pasa, y no te gusta, pero no puedes evitarlo. Y te resignas, y te aguareces en la esperanza de que pronto dejará de sucederte, de que madurarás y esos cambios de humor desaparecerán de una vez por todas. Y en realidad no sabes lo que te espera.
Y sientes esos pinchazos en la cabeza, que te recuerdan que has llorado, que alguna vez lloraste...