Pintura cretense
Cuando escucho música nueva para mí, tiendo a desconfiar de lo que me gusta mucho en un primer momento, porque sé que probablemente ya no me sorprenda ni me haga sentir. Hoy me he preguntado, por nada en concreto, si también me ocurre con el resto de las cosas. No tengo la certeza de que no sea así de alguna manera.
Esta mañana a las 7:45 me ha llegado un mensaje de Luis en el que me contaba que se ha muerto su abuela, y han vuelto a mí las preguntas, y han regresado recuerdos que quizás tenía algo aparcados. Hacía tiempo que no recordaba la noche en que murió mi padre, el momento en el que vi a mi madre con mi tío al fondo del pasillo y la sensación de no saber cómo iba a afrontar mi vida a partir de entonces. Fue una sensación de completa incapacidad que probablemente había enterrado.
Hace mucho que ya prácticamente sólo recuerdo a mi padre cuando estaba bien. Supongo que es mucho más sano, pero me ha dolido recordarlo en el hospital porque de repente me he dado cuenta del tiempo que ha pasado. He sido consciente de alguna manera de que ya es algo que forma parte del pasado, algo que ya no condiciona mi cotidianeidad. Por supuesto que la muerte de mi padre lo condiciona todo, como hecho en sí, me refiero a que ese tiempo que estuvo enfermo ya no es algo tan actual que flote a mi alrededor como una nube que me invada. Esa nube ya se fue. Eso es lo que me ha dolido, ser consciente de ello y de que pertenecerá a un pasado cada vez más lejano. Esa lejanía es la que me desgasta. Y por contraposición el otro día volví a tener la sensación de sorpresa al pensar que mi padre había muerto. Creía que aquello también había pasado, pero por lo visto esa incredulidad sigue presente, y también duele.
Me ha sorprendido volver a preguntarme cómo fue, aparentemente, es evidente, tan fácil, el por qué de no sentir lo que tenía claro que debía sentir. Me he vuelto a sentir mal, y empezaba de nuevo a entrar en aquel bucle tonto de reproches propios, cuando me he levantado para dejar que la verticalidad y la actividad hicieran esfumarse esa mala sensación. Quizás ha sido pasajero, pero me ha resultado preocupante.
Creo que no iré al entierro, no me siento con fuerzas. Prefiero arrancarlo un rato esta tarde del agobio del tanatorio y escuchar con tranquilidad cómo se encuentra él. Al fin y al cabo es una ceremonia sin calado en mis creencias (tampoco en las suyas) y el apoyo lo sentirá probablemente más esta tarde. Espero que no sea tan difícil como creo volver al tanatorio donde estuvo mi abuela. Hoy he echado de menos darle un abrazo.
1 Comments:
sigue escribiendo...
5:34 AM
Post a Comment
<< Home