R.E.M.
Esperaba del concierto de ayer más o menos una décima parte de lo que finalmente fue.
R.E.M. no es precisamente mi grupo preferido, ni se encuentra entre mis favoritos, pero sí que le guardo un cierto cariño, casi respeto, porque me parecen increiblemente buenos. Y, efectivamente, ayer lo demostraron sobre el escenario de la Feria de Muestras.
Quizás el ambiente y el sitio, trayéndome tantos recuerdos del FIB del año pasado, colaboraron en gran medida al hecho de que disfrutara tanto el concierto. Además, nos fue bastante de coña. Cuando llegamos estaban acabando los teloneros (a los que pretendíamos precisamente dar esquinazo), y, gracias a la manía que tiene la gente de colocarse en un bloque delante del escenario, pudimos trepar por el lateral derecho hasta segunda fila (¡incluso las vayas eran como las del FIB!:'). Cuando vimos a Mickael Stipe entrando en el escenario con su traje de corbata, su boina (que inmediatamente lanzó al público) y su antifaz azul de pintura, nos empezamos a dar cuenta de lo que pasaba. Estábamos ante uno de los mejores grupos de la historia (sí, así de bestia como suena). Tras el primer "Animal" en el que ya nos hicieron flipar bastante, soltaron una recatólica con sus mejores temas, que precisamente eran los más movidos, los más "fuertes". TODO comparado con la "apatía" que esperaba presenciar. Losing my religion, The Great Beyond, Orange Crush, Electron Blue, una increible Everybody Hurts en la que todos gritamos al ritmo de los "hold on" que nos regalaba el cantante... y el mejor momento del concierto: Imitation of life. Dios es que fue todo, lo que hizo de ese concierto uno de los mejores que he vivido. No disfrutaba tanto de un espectáculo desde hacía mucho tiempo... podría citar el último de Elefantes, pero ni el lugar ni la situación eran comparables (ni la calidad, todo hay que decirlo).
Al final del concierto, Mickael nos dio la enhorabuena por ser España uno de los primeros paises en legalizar el matrimonio homosexual, y luego ya pasó a presentarnos al resto de los músicos. Creo que nadie en aquel momento quería ni en un mínimo atisbo que aquello acabara.
En definivita, fue una experiencia increible.