Mis pensamientos...

Monday, January 30, 2006

Aportaciones alejadas entre sí

Siempre estás preparado, siempre sabes dónde vas, controlas tu propia vida, pero... ¿Todavía puedes perderte, de vez en cuando?

El tacto de mi lengua en mi propia mano, el tacto de mi mano en mi propia cintura, acercándome al centro del desalojo de penurias, de preocupaciones, de conciencia. No buscaba realismo, sino vibración, la cúspide de la sensibilidad pagana, el momento del grito contenido y después, la larga respiración, la calma y, como llamado a voces, el sueño.

I've got no home, I've got no shoes, I've got no money, I've got no class. I've got no scars, I've got no sueters, I've got no fermune, I've got no mind, I've got no fade. I've got the life, I've got my freedom down in my heart, and my mind...

No ha salido el sol y Ana y Miguel ya prenden llama. Ella sobre él, hombre y mujer deshacen la cama. Y el mar que está loco por Ana prefiere no mirar, los celos no perdonan ni al agua, ni a las algas, ni a la sal. Al amanecer ya está Miguel sobre su barca. "Dame un beso amor y espera quieta junto a la playa". Y el mar murmura en su lenguaje "Maldito pescador! Despídete de ella, no quiero compartir su corazón". Y llorar, y llorar, y llorar por él. Y esperar, y esperar, y esperar de pie en la orilla a que vuelva Miguel. Dicen en la aldea que esa roca blanca es Ana, cubierta de sal y de coral, espera en la playa. No esperes más niña de piedra, Miguel no va a volver, el mar lo tiene preso por no querer cederle a una mujer. Incluso hay gente que asegura que cuando hay tempestad, las olas las provoca Miguel luchando a muerte con el mar.

Are you lost or incomplete? Do you feel like a puzzle you can't find your missing peaces. Tell me how you feel? Well I'm feeling like they're talking in a lenguage I don't speak, and they're talking it to me...

...y para terminar, un aplauso para todos los que se atreven en la vida, sí señor!


Escribir este post me ha recordado a una vez en el colegio de pequeños, que nos hicieron hacer una especie de collage en una caja de zapatos con objetos que tuvieran algún significado para nosotros, o simplemente nos gustaran por algo, especial o no, pero por algo. Por ejemplo, una figurita de los Huevos Kinder, o un coletero que alguien nos hubiera regalado, o la cinta de un envoltorio de un regalo que nos hubiera hecho ilusión. De repente la sensación de tener demasiadas cosas para meter en la caja me ha vuelto a invadir, y me ha gustado.

Pequeñas cosas

Observar asombrada la precisión con la que el conductor del 23, cada día puede que uno diferente (nunca te quedas con las caras), toma la curva que avanza hacia Fnac, dejando atrás el Mercado Central. Sumergir tu mano en un puñado de arroz virgen. Despertar por la mañana y colocarte la ropa recién cogida del radiador. Toparte con esa figurita en un Huevo Kinder que te faltaba para completar la colección. Romper con ansia el envoltorio de un regalo. Mirar la tele y reirte solo por estar viendo Aquí Hay Tomate. Comerte el relleno de las croquetas caseras antes de que tu madre les de forma. Quedarte dormido de tanta necesidad que ni siquiera escuchas a tu alrededor. Leer El Jueves. Echar un vistazo a tu habitación y recordar lo mucho que te gusta. Pasar la mano por tu pelo recién salido de la peluquería. Dar un paseo de noche cuando no hace nada paró de llover. Escoger el camino más largo solamente para pasar por el puesto de castañas, que huele a gloria. Observar el hielo en la hierba y los árboles en pleno invierno, y hablar muy próximo a un ventilador para que tus palabras suenen quebradas en pleno verano. Taparte con una toalla al salir de la piscina. Charlar con un amigo tumbados en el sofá durante el tiempo que habías pensado destinar a la siesta. Despertarte creyendo que es la hora, y descubrir que todavía te queda un buen rato en la cama. Contemplar dos gatos diminutos correteando por el jardín. Asomarse a la ventana a tomar aire fresco y mirar a la gente que pasa. Echar la revancha a un futbolín. Jugar una partida a ping-pong con tu padre. Tumbarte sobre la hierba. Observar cómo chocan con tus rodillas las olas que van y vienen del mar. Lanzarle una bola de nieve a quien sabes que te la va a devolver. Escuchar tu canción, en cada momento una diferente (siempre te costará elegir), siete veces seguidas y corroborar que siguen tus pelos de punta. Descubrir que tu grupo favorito viene a tocar a tu ciudad. Comer piñones sin acordarte de lo caros que son. Salir a comprar algo que necesitas y acabar en casa con un juego de cocinitas para cinco años y dos barbies (sin edad predeterminada). Sentir esa sana envidia que te da el balcón de tu vecina, plagado de flores de todos los colores. Reflejar la luz de la bombilla en un cristal para perder la vista por unos segundos. Comprar un regalo que querrías para ti, pero resuelves que lo prefieres para tu amiga. Mandar un mensaje con el móvil contando aquello que tantas ganas tenías de contar. Levantarte con ganas de recoger tu cuarto, y recordar al final del día lo que te gusta verlo ordenado. Disfrutar con Juanrra y cia de un buen Caiga Quien Caiga. Ver a tu madre sentarse de mañana en tu cama para contarte cosas hasta que ya no se te cierren los ojos. Tener una buena charla con tu hermana sobre política y ver con satisfacción que apoya todos tus argumentos. Ver por la calle un bebé, y que éste te mire y te sonría…

¿Vale o no la pena? Las cosas pequeñas, por sí solas o en conjunto, también pueden hacernos felices. Quizás si dejáramos de esperar que nos pasen cosas grandes, podríamos dirigir nuestra mirada hacia ellas. Tan simple como eso. Piensa en qué cosas te hacen a ti feliz y luego me las cuentas, ¿vale?

Saturday, January 14, 2006

¿Alternativo?

La otra noche estuvimos hablando en el Clandestine sobre qué es la música alternativa.
Barajamos varios puntos de partida. Se habló de grupos que comienzan en discográficas desconocidas que apuestan por nuevas promesas. Se habló de una música sin etiquetas, que no puede meterse en el saco de ninguno de los estilos (pre)definidos que todos conocemos: heavy, rock, pop, punk... etc. También por supuesto apareció el fantasma de la comercialidad, que, por desgracia, suele hacer estragos en grupos que en un comienzo parecen valer la pena. Acerca de esto Guillermo añadió que podemos llamar comercial a la música que se crea con la única intención de ser vendida, y lo contrario a la música "pura", la que sale de cada autor porque la siente así, no porque se sepa que va a vender. Finalmente se opinó que la música alternativa es la que propone un nuevo estilo que nadie antes ha llevado a cabo: Héroes del Silencio, en mi opinión al menos REM, Los Rodríguez... y el ejemplo más claro y evidente: The Beatles. Antes de entrar en este tema acaba de venirme a la cabeza Amparanoia. Hace un tipo de música que nadie más experimenta y que probablemente no creará escuela. Es algo exclusivo, quizás a eso sí podría llamarse con certeza alternativo. En fin, volviendo a The Beatles: creo que esta concepción confunde el ser original con el ser alternativo. The Beatles eran originales, pero eran claramente comerciales. Ser alternativo implica necesariamente, y creo que eso es obvio, ser diferente a la mayoría, y cuando un grupo vende lo que ellos vendieron, puede ser o no bueno (sin duda en este caso lo es), pero no es alternativo.
Aparte de esto, también concluimos que ahora "se lleva" ser alternativo. Y hacía tiempo que no encontrábamos una frase tan paradógica. Sin olvidar el hecho, quizás engañoso, de que últimamente demasiadas cosas llevan encolada esa etiqueta.
En resumidas cuentas, creo que lo importante no es ser alternativo, sino fiel a tus gustos. No sé si la gente que escucha Bisbal y CIA ki es (si es así olé por ellos, sólo por reconocerlo se merecen un aplauso:P), o si se dejan llevar por lo que se lleva, o si no tienen gusto musical... Sé que me gusta escuchar cosas que a la gente no suelen gustarle, pero jamás me obligaría a aparentar algo que no soy. Quizás ser alternativo de una manera pura no es posible, o es una postura tan forzada que deja de ser válida. En cualquier caso, la conversación fue interesante.

Friday, January 13, 2006

Punto de ebullición

Vuélame en el cielo con tus manos de planetario.

Rómpeme en escarcha con tus brazos de azúcar y sal.

Dibuja mil lenguas en mi anatomía de tus iris.

Y luego...

Luego sílbame susurrando en mis cartílagos tus sintagmas de nieve y miel.

Sólo entonces, mis sueños dejarán de llevarme de viaje entre las costuras de tus sábanas.

Tuesday, January 10, 2006

Retales de madrugada

Muchas veces la edad, no exenta de adquirir altas dosis de experiencia y, por lo tanto, saber de la vida, sirve para arrigar prejuicios y desconfianzas, amén de perder, quizás en exceso, la inicial ingenuidad.

¿El amor es algo tan superficial y endeble que podemos escoger cuándo lo tomamos y cuándo lo dejamos? ¿No sería más inteligente aprovechar esa oportunidad que te brindan de que alguien beba los vientos por ti? ¿Arriesgarse sin mirar las consecuencias exponiéndote a pasar, quizás el peor, pero también puede que el mejor momento de tu vida, no puede, ni en un mínimo atisbo, resultar mucho más gratificante que encerrarte en tu caparazón esperando que nadie le dé un rasguño? Parece que así controlas tu vida y, en realidad, tal vez sin saberlo la estás echando a perder.

Poetas

Acabo de escuchar, por enésima vez desde que puedo disfrutarlo, el primer Maga, y comprobar que todavía logra ponerme los pelos de punta no hace sino reafirmarme en la pasión que siento hacia ellos, ahondando a su vez aún más en ese cariño que poco a poco he ido, sigo y seguiré engendrando en lo más profundo de mí hacia esos, mis poetas de la música.